domingo, 11 de septiembre de 2016

Iglesia de Nuestra Señora de la Merced

Nuestra Señora de la Merced


La iglesia de Nuestra Señora de la Merced, o iglesia de las dos ciudades, tiene una historia singular.

Aunque el terreno fue designado dentro del Casco Antiguo de Panamá desde 1672, sólo logró su consolidación entre los años 1720 y 1732.  El pirata Morgan había destruido y saqueado la ciudad en 1671, sin embargo, tanto el templo como el convento de la orden de los mercenarios se había salvado.

Frente al peligro de nuevos ataques, la orden decidió entregar el dinero destinado a la construcción de su templo a la construcción de la muralla. Como no les alcanzó el dinero para terminar la nueva iglesia, decidieron trasladar la fachada del antiguo templo para reinstalarlo en el nuevo. La fachada hecha en piedra tallada y de estilo manierista, se reconstruyó exactamente como la original de 1620. Es por ello que la iglesia se le denomina “Iglesia de las dos ciudades”. 

Los campanarios son una atalaya desde donde se divisaba el arrabal de Santa Ana y la explanada frente a la muralla.  Se componen de dos torres cuadradas de tres cuerpos, rematadas por una bóveda y abiertas por sus cuatros costados. Fueron construidas con cal y canto. A principios del siglo XX se cubrieron las estructuras originales con cemento para fortalecer los cimientos. 

Adosadas a la fachada principal, se construyeron dos capillas. La del lado izquierdo se concibió como mausoleo caracterizado por una cúpula coronada en cruz. 

La capilla de la derecha llamada “Capilla de la Virgen del Campanario” es anterior a la construcción del templo. Se realizó en la primera mitad del siglo XVIII. En ella se celebró la primera eucaristía en la Nueva Ciudad de Panamá.

Los vitrales de la iglesia de Nuestra Señora de la Merced se instalaron en el 2013.  En ellos se encuentran el escudo de la orden mercedaria flanqueado por los escudos de Panamá y su capital.

La orden de los mercedarios fue expulsada del país en 1861 por orden del gobierno colombiano. Los bienes fueron confiscados. El convento fue vendido y posteriormente demolido.

Leonardo Villanueva Meyer


Leonardo Villanueva Meyer

Al hablar de la arquitectura en Panamá, sin duda hay que hablar de Leonardo Villanueva Meyer, el peruano.  Nació en la ciudad de Huaraz 1891, República del Perú. Originalmente, vino a Panamá en 1911 a la edad de 21 años, contratado para servir de Jefe del Salón de Arquitectura y Profesor de Trigonometría, Física Aplicada, Modelado y Dibujo Decorativo, en la escuela de Artes y Oficios.

Su labor en el campo profesional fue de grandes proyecciones, toda vez que la profesión de arquitecto, propiamente dicha, no existía en Panamá cuando él se dedicó a las construcciones. Orientó su labor docente y organizadora al ramo de la construcción, formando maestros de obra y obreros, en un medio donde los albañiles y carpinteros ignoraban aún la técnica de construcción del hormigón armado.

Su éxito en el país en parte se debió a su estrecha relación con el presidente Belisario Porras.


Algunas de sus obras en el Casco Antiguo son: Remodelación del Palacio de las Garzas, La iglesia de San Francisco, La plaza de Francia, el edificio de la reformada y el hotel Colombia entre otros.





El Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá


  El Casco fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1997 dada la importancia histórica, belleza y diversidad arquitectónica. 

La ciudad de Panamá se encontraba inicialmente a ocho kilómetros de el Casco Antiguo.  Saqueada e incendiada por el pirata Henry Morgan en 1671, obligó a la corona española a pensar una ciudad fortificada con murallas, inexpugnable a los piratas. Para ello contrató al ingeniero militar Antonio Fernández de Córdoba, quien recomendó a la corona trasladar la ciudad a una península, junto a las faldas del Cerro Ancón, por considerar que el terreno permitía defender con mayor eficacia la ciudad, además de ser el más salubre.

En 1673 la Corona aceptó la propuesta de Fernández de Córdoba y dio orden para su construcción. Fernández diseñó una ciudad amurallada extremadamente pequeña.  Le dio una extensión de 16 hectáreas cuando la anterior tenía un área de 50. A la hora de decidir quién quedaría excluidos de la ciudad, decidió dejar a los negros, a los indios y a los pobres afuera de la muralla. Nació así el arrabal de Santana, frente a la puerta de entrada, precisamente en este lugar donde nos encontramos.
 
En 1856 el gobierno dio la orden de demoler la muralla para ampliar el área de ciudad. Para entonces, la población había aumentado como producto de la construcción del ferrocarril de Transistmico y la fiebre del oro en California.


La arquitectura colonial en nuestro Casco es escasa debido a los numerosos incendios que la devastaron. En siglo XVIII, por ejemplo, la ciudad de Panamá se quemó tres veces.  En 1737 se produjo el más grande de todos.  De las trescientas casas que había dentro de la muralla, se quemó el 95% quedando en pie tan solo 22 edificaciones.

En 1756 se habían logado reconstruir ciento treinta y cuatro casas de las cuales se perdieron cuarenta producto del “incendio chico”.  En 1781 otro incendio destruye 50.

En nuestro recorrido, nos vamos a encontrar con edificios de tres periodos históricos: los coloniales, principalmente edificios religiosos; los correspondientes a la construcción del ferrocarril y el canal francés; y los edificios del inicio de la era republicana. En ellos reconoceremos diferentes estilos arquitectónicos como el manierismos, el barroco, el Neo colonial, el Art decó y el Art nouveau.